El mundo de la codificación industrial se suele percibir de forma limitada: impresión de lotes y fechas de caducidad para garantizar la trazabilidad y seguridad alimentaria.
Ok, es cierto. ¡Y no es poco!
Pero la codificación esconde muchos secretos desconocidos para la mayoría de fabricantes que pueden ayudarles a optimizar sus procesos productivos.
Un ejemplo es la tinta termocromática que gracias a sus características de cambio de color, permite que la producción de conservas sea más rápida y segura.
¿Qué son las tintas termocromáticas?
Son unas tintas especiales que pueden usarse en las codificadoras de inyección de tinta, sustituyendo a los consumibles habituales.
Tienen una característica casi mágica: Cambian de color cuando se someten a cambios de temperatura.
El tratamiento térmico que se aplica en algunas líneas de producción modifica la composición química de la tinta y se activa la mutación de color.
Normalmente pasan de color negro a azul o de marrón a rojo.
¿Para qué sirven las tintas termocromáticas?
Bien, aquí es dónde el tema se pone interesante.
Si no conoces el proceso de producción de una fábrica de conservas, te lo resumo: Después de limpiar, cocinar y preparar el alimento, se envasa. Normalmente en latas de aluminio o tarros de cristal.
Y justo después del envasado, el producto pasa por un proceso llamado AUTOCLAVE.
En el autoclave, el producto se calienta a altas temperaturas (unos 90ºC) durante un determinado periodo de tiempo (unos 40 minutos de media) consiguiendo eliminar de forma fiable los patógenos que se generan durante el procesamiento del producto.
El resultado: Se alarga la vida útil del producto manteniendo inalterables sus cualidades organolépticas,
¡Por eso las conservas tienen fechas de caducidad tan largas!
Existen distintos tipos de equipos para lograr este propósito: los clásicos autoclaves verticales, horizontales, con carro, con ducha, de inmersión, hornos de vapor, sistemas hiperbáricos etc…
Lo principal es siempre seguir las normas de Pasteur conjugando la temperatura, presión y tiempo adecuados.
Ok, pero…
¿y qué tiene que ver esto con las tintas termocromáticas?
Fácil.
Pensemos en botes de conservas de aluminio o cristal que una vez rellenados con infinidad de productos pasan por el proceso de autoclavado.
Antes de este proceso, por normativa legal, todos los productos deben ser codificados con el lote de producción para garantizar su trazabilidad e indicar fecha de caducidad o consumo preferente.
Esta codificación de conservas normalmente se realiza con impresoras de inyección de tinta continua (CIJ).
Aquí es donde las tintas termocromáticas hacen su aparición, ya que son estas impresoras las que permiten usar tintas termocromáticas.
Resultado: se imprime el producto con tinta negra, pasa al proceso de autoclave y la tinta cambia de color.
Beneficio: El fabricante consigue saber DE UN SOLO VISTAZO si el producto ha pasado ya por el proceso de autoclave.
👉 ¿Impresión de lote en color negro? El producto aún no se ha esterilizado.
👉 ¿Impresión de lote en color azul o rojo? El proceso ya está esterilizado.
Las ventajas de las tintas termocromáticas
- Evitar despistes. Se puede verificar a simple vista si el producto ha sido esterilizado.
- Añadir un paso extra de seguridad alimentaria. Seguro que le encanta al departamento de calidad de la fábrica 😊
- Ahorrar tiempo. Muchas veces ante la duda, se repite el proceso “por si acaso”, rebajando el índice de productividad de la fábrica.
Estas ventajas son especialmente importantes en fábricas de conservas pequeñas, donde solo se dispone de un autoclave y las jaulas deben moverse de forma continua por orden.
Si buscamos la seguridad alimentaria por encima de todo y mantener la máxima calidad para el consumidor con este simple sistema nos aseguramos visualmente que cada producto haya completado de forma óptima el proceso de temperatura, tiempo y presión adecuados.
Qué debes pedir a una tinta termocromática para evitar problemas
Que tenga una buena adherencia
La impresión se realiza normalmente sobre envases de cristal o aluminio, superficies poco porosas. Es imprescindible asegurar una buena adherencia con tintas desarrolladas especialmente para estos materiales.
Que resista bien los ambientes húmedos y las altas temperaturas
El proceso de esterilización es similar a un cocido a presión. Vigila que la tinta no se degrade al contacto con agua caliente.
Que sea resistente al paso del tiempo
Las conservas son los alimentos que mayor plazo de caducidad tienen, a veces incluso varios años. Es imprescindible que la tinta perdure en el tiempo para que el consumidor final visualice el código con claridad mucho tiempo después de comprar el producto.
Que el cambio de color tenga un alto contraste
Si el color de la tinta solo cambia “un poco” el reconocimiento visual será más complicado. Asegura una correcta visibilidad del código para medir el éxito de la esterilización de un vistazo.
Cómo asegurarte de que la tinta termocromática es perfecta para tu proceso productivo
Lo primero: confía en un proveedor experto.
Trebol Group tenemos mucha experiencia en el sector conservero con multitud de aplicaciones de éxito.
Podemos guiarte para que tú y tus consumidores contéis con la máxima tranquilidad
Lo segundo: ¡Prueba!
El mundo de las tintas termocromáticas es seguro y está muy profesionalizado.
Pero siempre recomendamos hacer pruebas con la tinta escogida dentro del proceso productivo real, antes de realizar la implantación definitiva.
La selección de una tinta óptima para cada aplicación es primordial para asegurar códigos de calidad y duraderos.
El resultado: Mejora en la tasa de producción de la fábrica + Mejora en los procesos de calidad internos + Códigos de calidad duraderos para los consumidores.
¿Quieres saber más sobre las tintas termocromáticas? No dudes en ponerte en contacto con nosotros y te asesoraremos sin ningún compromiso.
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